viernes, octubre 08, 2010

miércoles, octubre 06, 2010

Tres árboles marchitados
entre el bosque y el aliento
y un pato coleando
caminaba descontento.

"Tres huevos y uno más
siete huevos menos cinco",
decía el pato mientras
plantaba su jacinto.

El jacinto le habló,
salió de esas judías mágicas.
Discutieron durante un rato:
"mejor tres", "mejor cuatro"...

Hasta que al final decidieron
que ni tres, que ni cuatro,
que ese año se daba de alta:

no contrataría nunca más
un huevo espectral.